Azúcar y Comportamiento

Azúcar y ComportamientoANTECEDENTES

Usualmente se asume abiertamente que un alto consumo de azúcar, es causante de  hiperactividad y problemas de comportamiento en niños y adultos. Sin embargo, los resultados de la mayoría de los estudios científicos no apoyan esta creencia.

A la fecha el más completo meta-análisis sobre este tema, se llevó a cabo por Wolraich et al., (1995) en donde se analizó los resultados de 16 estudios que examinaron los efectos del azúcar (principalmente sacarosa) en una variedad de comportamientos y  conductass cognitivas. Los estudios se han realizado en niños normales, así como niños con déficit de atención e hiperactividad (ADHD, por sus siglas en ingles), y niños cuyo comportamiento ha sido reportado como afectado negativamente por azúcar. Los estudios han sido doblemente ciegos tanto para los diferentes sujetos de investigación, padres, y el personal de investigación. La revisión concluyó que el azúcar no afectó el comportamiento o rendimiento cognitivo de los niños, y sugirió que las creencias y expectativas tradicionales, pueden tener un efecto profundo y anular las percepciones. Sin embargo, los autores anotaron que no podrían descartar un pequeño efecto del alto consumo de azúcar en ciertos subconjunto de niños.

Dado que la revisión,  del rol de azúcar en el comportamiento, realizada por Wolraich y col. (1995), ha atraído poca atención. Recientemente Benton (2008) revisó en detalle los efectos específicos de la sacarosa y examino los resultados de los estudios, a través de sub-grupos de niños (ADHD y respondedores de azúcar), edades  infantiles’, según tiempo de exposición de azúcar en la prueba vs. placebo. Todos  los grupos marcaron resultados negativos con la sacarosa, determinando no afectar el comportamiento de los niños.

Benton (2008) también revisó la evidencia que soporta las tres hipótesis principales que conectan la sacarosa con los problemas de conducta, como lo son: la intolerancia a la sacarosa (alergia al alimento o hipersensibilidad), hipoglucemia, y la deficiencia de micro nutrientes. Con respecto a la intolerancia sacarosa, aunque puede haber casos individuales idiosincráticos de intolerancia a la sacarosa, el porcentaje de niños que responden con efecto adverso (migraña o hiperactividad) responde decuadamente a la eliminación de la sacarosa de la dieta, y es mucho menor a comparación de los otros alimentos que se describen comúnmente  como causantes de migraña o hiperactividad. Es poco probable que la sacarosa cause hipoglucemia, ya que, en individuos normales y obesos sin diabetes, la glucosa en sangre se mantiene notablemente estable, e incluso cuando la sacarosa se administra dentro de bebidas entre las comidas (Manders et al., 2009). Aunque algunas personas pueden reportan síntomas con niveles de glucosa bajo en sangre (aunque no necesariamente hipoglucemia clínica (Simpson et al., 2006), es poco probable que tales síntomas sean atribuibles a la sacarosa, ya que presenta un índice glicémico moderado de aproximadamente 68 (Foster-Powell et al., 2002) y por lo tanto una menor respuesta a la insulinita que otros alimentos con un índice glicémico mayor. Por último, aunque existe cierto nivel de evidencia para un papel de inadecuada ingesta de micro nutrientes y comportamiento, la evidencia presentada no es concluyente con respecto al consumo de altos niveles de azúcar  y la insuficiencia de micro nutrientes (ver Estado de posición de la WSRO – Azúcar y dilución de Micro nutrientes).

Recomendaciones sobre azúcar y comportamiento

Varias organizaciones han evaluado la relación entre la ingesta de azúcar y el comportamiento. El concejo australiano nacional  de investigación medica y salud (The Australian National Health and Medical Research Council) no encontró evidencia de la participación de los alimentos sin azúcar o con azúcar en el déficit de atención o los
trastornos de hiperactividad (NHMRC, 2003). El Instituto de Medicina no pudo establecer un límite superior para los azúcares con respecto a los comportamientos alterados (OIM, 2005). Por último, el informe conjunto de la FAO/OMS llegó a la conclusión de que los diferentes azúcares no afectan el comportamiento en niños (FAO/OMS, 1997).

Declaración

A pesar de la controvertida evidencia, se afirma con frecuencia que el consumo de azúcar provoca hiperactividad. La evidencia principal de los estudios científicos que evalúan grupos de niños no es compatible con efectos adversos o intolerancia a la sacarosa. Es muy poco probable que la sacarosa genere una respuesta de  hipoglucemia debido a su índice glucémico moderado y menor respuesta  a la insulina.
Aunque existe evidencia de un efecto dilucional de micro nutrientes con el alto consumo de azúcar, la ingesta de micro nutrientes  normalmente es suficiente. Por lo tanto es altamente poco probable que el consumo de azúcar per se, tenga un efecto en el comportamiento a través de la baja  ingesta de micro nutrientes.

Referencias

  1. Benton, D. (2008) Sucrose and behavioral problems. Crit Rev Food Sci Nutr, 48, 385-401.
  2. FAO/WHO (1997) Carbohydrates in human nutrition (FAO Food and Nutrition Paper – 66)
  3. Foster-Powell, K., Holt, S. H. & Brand-Miller, J. C. (2002) International table ofglycemic index and glycemic load values: 2002. Am J Clin Nutr, 76, 5-56.
  4. IOM (2005) Dietary reference intakes for energy, carbohydrate, fiber, fat, fatty acids, cholesterol, proteins, and amino acids.
  5. Manders, R. J., Pennings, B., Beckers, C. P., et al. (2009) Prevalence of daily hyperglycemia in obese type 2 diabetic men compared with that in lean and obese normoglycemic men: effect of consumption of a sucrosecontaining beverage. Am J Clin Nutr, 90, 511-8.
  6. NHMRC (2003) Dietary Guidelines for Australian Adults. IN AUSTRALIA, T. C.
  7. O. (Ed.). Canberra. Simpson, E. J., Holdsworth, M. & Macdonald, I. A. (2006) Ambulatory blood glucose measurement, dietary composition and physical activity levels in otherwise healthy women reporting symptoms that they attribute to hypoglycaemia. Br J Nutr, 95, 1127-33.
  8. Wolraich, M. L., Wilson, D. B. & White, J. W. (1995) The effect of sugar on behavior or cognition in children. A meta-analysis. JAMA, 274, 1617-21.

Traducción de la Declaración WSRO